viernes, 6 de septiembre de 2013

DESIERTOS

Solo hay dos cosas que los desiertos producirán en nosotros. Solo hay dos tipos de personas después de los desiertos. UNO: Aquellos que vivirán quejándose de Dios, murmurando contra ÉL y contra su voluntad. Aquellos que incluso olvidarán lo que Dios ha hecho y hace en sus vidas. Aquellos que finalmente (la verdad), ni el más grande desierto los hará cambiar, ni el más grande desierto los quebrantará. DOS: Sin embargo hay un tipo de personas que los desiertos sacan lo peor de ellos, pero a diferencia de los otros, estos deciden dejar todo eso en el desierto. Estos nunca olvidarán que un día el mar se abrió para que puedan pasar, nunca olvidarán la Nube de Gloria ni la Columna de Fuego, nunca olvidarán el maná que cayó del cielo. Este tipo de personas son las que al final terminarán confiando como lo hizo Abrahám, serán valientes como Caléb y Josué, serán fieles y pacientes como José. A este otro tipo de personas (a diferencia de las otras), los desiertos los cambiarán de una vez y para siempre; porque descubrirán que sólo dependen de Dios, y sólo con ÉL lo pueden todo. Hay un tipo de personas, que después de los desiertos salen llenos del Espíritu Santo; así como el Maestro nos enseñó, así como Jesús. "Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos./Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. " ( Deuteronomio:08 ) En los desiertos; O peleas contra Dios, o te rindes y lo sigues para siempre.

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